sábado, 26 de enero de 2013

Fátima y la aurora boreal del 38


Esta noticia que aparece en la sección de ciencia del diario digital español El Mundo, me llamó mucho la atención, ya que atestigua un hecho que yo desconocía completamente y del que no había oído hablar antes…
Crónicas del Cosmos
ASTRONOMÍA | Crónicas del Cosmos
75 años de la aurora de la Guerra Civil    

   
Una aurora boreal roja. | NASA / Tobias Billings


Rafael Bachiller | Madrid                                                                                                                               Actualizado jueves 24/01/2013 12:02 horas
El astrónomo Rafael Bachiller nos descubre en esta serie los fenómenos más espectaculares del Cosmos. Temas de palpitante investigación, aventuras astronómicas y novedades científicas sobre el Universo analizadas en profundidad.


El 25 de enero de 1938, hace ahora 75 años, tuvo lugar una gran aurora boreal que fue visible desde toda Europa. España, en plena guerra civil, vivió el acontecimiento entre la sorpresa, el desconcierto y el miedo.
Desde el Sol sopla un continuo viento de partículas que barre la órbita de la Tierra según se propaga hacia los confines del sistema solar. En épocas de actividad, en el Sol surgen violentas fulguraciones y eyecciones de masa coronal que incrementan enormemente la cantidad de materia transportada por este viento solar. Se trata de partículas con carga eléctrica (electrones y protones) que, cuando alcanzan nuestro planeta, penetran en la atmósfera por los polos siguiendo las líneas del campo magnético terrestre.

El viento solar y la magnetosfera terrestre | NASA
Cuando se propagan por nuestra atmósfera, estas partículas llegadas del Sol colisionan con los átomos y moléculas atmosféricos transmitiendo parte de su energía, haciéndolos pasar a lo que en física se conoce como 'estados electrónicos excitados'. Como todos los sistemas tienden a un estado de mínima energía, los átomos y moléculas de la atmósfera se liberan de su exceso energético emitiendo luz de colores. El oxígeno emite luz verde, amarilla y roja, mientras que el nitrógeno emite luz azul.
Esta luminiscencia constituye uno de los espectáculos naturales más bellos en el cielo nocturno: las auroras polares. Debido a su mecanismo de formación, las auroras se dan en zonas próximas a los polos terrestres, suelen formarse en anillos irregulares, entre 65 y 75 grados de latitud, que se denominan 'zonas aurorales'. Groenlandia, Laponia, Alaska, la Antártida, son algunos de los lugares donde las auroras son comunes. En el hemisferio norte las auroras reciben el nombre de ‘boreales’ y ‘australes’ en el sur.
Auroras cerca del ecuador

Una aurora boreal en Alaska. | Joshua Strang/USAF
Cuando el Sol pasa por un periodo de intensa actividad y origina eyecciones particularmente violentas, los anillos aurorales pueden extenderse hacia latitudes mucho más próximas al ecuador. Las auroras a tan bajas latitudes son raras, pero hay numerosos casos bien documentados. En setiembre de 1859 pudo verse una bella aurora desde Hawái y en 1909 se divisó una desde Singapur. En fecha tan reciente como el 20 de noviembre de 2003, hubo una aurora boreal que se observó desde gran parte de Europa. También en España las auroras son muy raras, tan sólo se alcanza a ver unas cuantas de ellas por siglo.
La aurora de la guerra
El 25 de enero de 1938, en plena guerra civil, tuvo lugar una aurora boreal que fue visible desde toda la península. La luz predominantemente rojiza, ocasionada por el helio y el oxígeno atmosféricos a baja altitud, presentó su máximo entre las 20 horas y las 3 h de la madrugada del día 26.
Los testimonios son muy numerosos. Paco Bellido en su blog 'El beso de la Luna' refiere alguno de ellos, destacando el relato de José Luis Alcofar en su libro 'La aviación legionaria en la Guerra Española'. Según Alcofar, en Barcelona después de un día de intenso bombardeo, la moral de la tropa se vio muy afectada por la aparición de esas luces inusitadas. Juan José Amores Liza, en este artículo, transcribe varios testimonios recogidos en Alicante. El diario ABC del día 26 informó que en Madrid se pensó que se trataba de un incendio lejano. Como desde la ciudad la aurora se veía hacia el noroeste, se pensó que ardían los montes del Pardo. Pero pronto se dedujo, por la altura y gran extensión de la luz, que se trataba de un fenómeno meteorológico.

                        
 Una aurora roja en Niza, 2001. | L. Bernardi, spaceweather.com
El padre Luis Rodés, por entonces director del Observatorio del Ebro, publicó una nota explicativa en La Vanguardia del día 27 describiendo la aurora como un 'gigantesco abanico abierto hacia el cielo… [de] intenso fulgor rosáceo, atravesado por multitudes de bandas de luz más blancas y brillantes, cual si procediesen de potentes reflectores enfocados hacia el cénit…'
En muchos otros lugares de Europa, desde París a Viena y desde Escocia hasta Sicilia, la aparición de la aurora provocó abundantes anécdotas. En numerosos lugares se avisó a los bomberos, por creer que se trataba de un incendio. El fenómeno también se avistó en las Bermudas, donde se pensó que era un barco en llamas. En EEUU la tormenta solar paralizó las comunicaciones de radio por onda corta.

                                                                                             Aurora austral observada desde satélite | NASA
En algunos sectores católicos, la aurora de 1938 se asoció con una profecía de la Virgen de Fátima. En el segundo misterio, revelado por los niños que dijeron haberlo recibido de la Virgen el 13 de julio de 1917, puede leerse: 'Cuándo ustedes vean una noche iluminada por una luz desconocida, sepan que esto es el gran signo dado a ustedes por Dios que Él está a punto de castigar al mundo por sus crímenes, por medio de la guerra, el hambre,..'. Naturalmente hubo quien vio en la aurora el gran signo que anunció la segunda guerra mundial y por ello, esta tormenta solar se conoce a veces como la 'tormenta de Fátima'.
Más allá de las interpretaciones religiosas y exégesis meramente supersticiosas, la aurora de 1938 supuso un hito peculiar en la guerra civil española. Un fugaz paréntesis que quizás sirvió para que las gentes elevasen los ojos al cielo, fascinados unos, asustados otros, pensando muchos que hasta los cielos se enfurecían por la barbarie de la guerra.
También interesante
  • El viento solar es muy tenue, su densidad es de unos 5 iones por centímetro cúbico. Estas partículas cargadas viajan a velocidades de unos 2.000.000 de kilómetros por hora.
  • Las auroras no son fenómenos exclusivos de la Tierra. En los planetas gigantes Júpiter y Saturno, que poseen campos magnéticos más intensos que el terrestre, también se han observado espectaculares auroras polares.
  • La aurora del 25 de enero de 1938, así como la gran mancha solar que la precedió, fue descrita en varios artículos de la revista Nature (en los números del 22 y el 19 de enero, del 5 de febrero y del 16 de abril de 1938)


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Segunda Guerra Mundial       


El comienzo del conflicto se suele situar en el 1 de septiembre de 1939, con la invasión alemana de Polonia, el primer paso bélico de la Alemania nazi en su pretensión de fundar un gran imperio en Europa, …

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Conocía por supuesto los mensajes de Fátima, pero nunca había oído hablar de esta señal que se vio en toda Europa…

Transcribo aquí los mensajes que la Santa Virgen María dio en Fátima a sor Lucía…
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Las Apariciones de Fátima

La Santa Virgen María apareció en Fátima en el año 1917, a 3 niños pastores: Lucía, de 10 años, Francisco, de 9 y Jacinta, de 6, hermana menor de Francisco.
Francisco y Jacinta murieron pocos años después, ofreciendo sus vidas por la conversión del mundo.
Lucía, depositaria del secreto, vivió como religiosa carmelita y murió a la edad de 97 años, en el  2005.    
Las apariciones tuvieron lugar el día 13 de seis meses consecutivos, comenzando en el 13 de mayo, con la excepción del 13 de agosto, mes en que no hubo aparición sino hasta el día 19.
Durante estas apariciones, la Virgen realizó varias profecías y recomendaciones y entregó a Lucía tres mensajes conocidos como Los tres secretos de Fátima.
En la última aparición a los tres pastorcitos, el 13 de octubre de 1917, se produjo el milagro del sol, que quedó registrado en fotos y artículos de la prensa de la época.
  
Reproducciones de prensa de la época              S.S. Juan Pablo II con Sor Lucía


Relato del secreto, en las palabras de Sor Lucía:
Ahora bien, el secreto consta de tres partes distintas, de las cuales voy a revelar dos.
La primera fue, pues, la visión del infierno.
Nuestra Señora nos mostró un gran mar de fuego que parecía estar debajo de la tierra. Sumergidos en ese fuego, los demonios y las almas, como si fuesen brasas transparentes y negras o bronceadas, con forma humana que fluctuaban en el incendio, llevadas por las llamas que de ellas mismas salían, juntamente con nubes de humo que caían hacia todos los lados, parecidas al caer de las pavesas en los grandes incendios, sin equilibrio ni peso, entre gritos de dolor y gemidos de desesperación que horrorizaba y hacía estremecer de pavor. Los demonios se distinguían por sus formas horribles y asquerosas de animales espantosos y desconocidos, pero transparentes y negros.

Esta visión fue durante un momento, y ¡gracias a nuestra Buena Madre del Cielo, que antes nos había prevenido con la Promesa de llevarnos al Cielo! (en la primera aparición). De no haber sido así, creo que hubiésemos muerto de susto y pavor.

Inmediatamente levantamos los ojos hacia Nuestra Señora que nos dijo con bondad y tristeza:
       Visteis el infierno a donde van las almas de los pobres pecadores; para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la Devoción a Mi Inmaculado Corazón.  
       Si se hace lo que  os  voy a decir, se salvarán muchas almas y tendrán paz. La guerra pronto terminará. 
       Pero si no dejaren de ofender a Dios, en el pontificado de Pío XI comenzará otra peor. Cuando veáis una noche iluminada por una luz desconocida, sabed que es la gran señal que Dios os da de que va a castigar al mundo por sus crímenes, por medio de la guerra, del hambre y de las persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre.
       Para impedirla, vendré a pedir la Consagración de Rusia a Mi Inmaculado Corazón y la Comunión reparadora de los Primeros Sábados.
       Si se atienden Mis deseos, Rusia se convertirá y habrá paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia. Los buenos serán martirizados y el Santo Padre tendrá mucho que sufrir; varias naciones serán aniquiladas.
       Por fin Mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre Me consagrará a Rusia, que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz. 
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« J.M.J.
Tercera parte del secreto revelado el 13 de julio de 1917 en la Cueva de Iria-Fátima.
Escribo en obediencia a Vos, Dios mío, que lo ordenáis por medio de Su Excelencia Reverendísima el Señor Obispo de Leiria y de la Santísima Madre Vuestra y mía.
Después de las dos partes que ya he expuesto, hemos visto al lado izquierdo de Nuestra Señora un poco más en lo alto a un Ángel con una espada de fuego en la mano izquierda; centelleando emitía llamas que parecía iban a incendiar el mundo; pero se apagaban al contacto con el esplendor que Nuestra Señora irradiaba con Su mano derecha dirigida hacia él; el Ángel señalando la tierra con su mano derecha, dijo con fuerte voz: ¡Penitencia, Penitencia, Penitencia!
Y vimos en una inmensa Luz que es Dios: « algo semejante a como se ven las personas en un espejo cuando pasan ante él » a un Obispo vestido de Blanco « hemos tenido el presentimiento de que fuera el Santo Padre ». También a otros Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas subir una montaña empinada, en cuya cumbre había una gran Cruz de maderos toscos como si fueran de alcornoque con la corteza; el Santo Padre, antes de llegar a ella, atravesó una gran ciudad medio en ruinas y medio tembloroso con paso vacilante, apesadumbrado de dolor y pena, rezando por las almas de los cadáveres que encontraba por el camino; llegado a la cima del monte, postrado de rodillas a los pies de la gran Cruz fue muerto por un grupo de soldados que le dispararon varios tiros de arma de fuego y flechas; y del mismo modo murieron unos tras otros los Obispos sacerdotes, religiosos y religiosas y diversas personas seglares, hombres y mujeres de diversas clases y posiciones.
Bajo los dos brazos de la Cruz había dos Ángeles cada uno de ellos con una jarra de cristal en la mano, en las cuales recogían la sangre de los Mártires y regaban con ella las almas que se acercaban a Dios.
Tuy-3-1-1944 »

http://www.matersalvatoris.org/congremadrid/806/13-de-mayo-nuestra-senora-de-fatima/